miércoles, 28 de enero de 2009

Fuego de la memoria

María Cristina Orantes, El Salvador





_____Fuego de la memoria_____
María Cristina Orantes, poeta salvadoreña

La poesía de André Cruchaga, por su parte, siempre me ha parecido sólida y auténtica. Cuando escribí el prólogo a su libro “Rumor de Pájaros”, el cual leí de un solo tirón y disfruté profundamente, de inmediato me identifiqué con las emotivas imágenes que su poesía desborda, que si bien en su mayoría, son desamparadas, agónicas, y amuralladas, también las hay tesoneras y decididas, desafiantes y vencedoras, constituyendo dicho poemario, no sólo un muy buen libro de poesía, sino además un universo armónico y compacto. En su palabra creí percibir ese diálogo interno del poeta consigo mismo, diálogo que sólo puede estar presente en la cavilación del hombre de bien, conciente de su fragilidad, de sus limitaciones, así como de su espiritualidad, únicas razones que lo sostienen en un mundo de luchas y pesares, de prisas y agonías terrenas.

André, como auténtico poeta que es, se sabe inmerso en un mundo de materia, que lacera, que arrebata, que extermina, que divide y del cual, únicamente a través del don de la palabra bien expresada, privilegio conferido a unos pocos, logra liberarse y sobreponerse.

Así este escritor, a ratos intimista y hermético que sabe conjugar su ritmo interno con el de las fuerzas de la naturaleza, resulta ser un solitario vencedor en la batalla del alma y de la vida, tal como lo testimonia su poema A manera de paréntesis de “Oscuridad sin fecha”

“Y hablando de la vida no hay por qué temerle a los fantasmas.
Toda penuria tiene su esperanza y su sigilo”

Pero también la extensa poesía de Cruchaga, suele abarcar, las luchas y dolores por las que la patria se desvela y se desangra desde siempre; así ante la injusticia y la traición su voz ha sabido alzarse, responder y solidarizarse con los penitentes y desvalidos. El poeta, porta como único estandarte, la poesía transformada en grito de denuncia por aquellos que un día callaron para siempre y por los que sometidos por hambre, callan hoy; y mientras su voz continúe como fiel guardiana de recuerdos y nostalgias, siempre podrá escucharse llevado por el viento aquel primer verso de su poema Boceto, también de “Oscuridad sin fecha” que canta “En el fuego de la memoria el país arde” [Publicado En Revista PODA de Venezuela, cuyo editor es el poeta Ramón Ordaz]

Afán de palabra y viento

Víctor Bustamante, Colombia (C)Meridiano75




______Afán de palabra y viento_____
PorVíctor Bustamante



Con ese afán de quitarle al viento las palabras
A.C


Si hay una palabra que esté impregnada en la poesía de André Cruchaga, es la palabra libertad, libertad creadora, que se deshace en su universo poético. En él las palabras vuelan, horadan, adquieren otro significado: la pureza de su poesía. Lo fugitivo del tiempo él lo atrapa en una mirada. Lo absorbe la parvedad de los momentos, el instante de luz que define el contorno de los objetos y el cuerpo tomado cuando el alba sorprende in fraganti en esa vasta recuperación del deseo que en realidad es quien posee al poeta pero que después en la noche adquiere otras definiciones, lampos de luz y callada angustia, angustioso silencio que emerge de sus palabras para rescatar y encantar la existencia, su existencia que todo lo que toca lo tiene que definir con su poesía. “Hay tanto martirio en mi naturaleza” nos dice el poeta antes de emigrar a su interior a hacer presencia ese momento; sus palabras, palabra pura en su inocencia, -que es el acto intimo y creador- nos traen su poesía de fuego, asombro.

Su poesía está suspendida entre dos polos: las palabras que expresan lo inexpresado y su sentimiento creativo que batalla contra el tiempo, ese depredador.