sábado, 25 de diciembre de 2010

SAINT GEORGE: DARRERA ESCALA/ SAINT GEORGE: ÚLTIMA ESCALA, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ


Lluny del centre ja de Salt Lake City, al sud, entre els congostos.
La carretera 15 com un vell dromedari, les viles disfressades
de postals, la respiració inflada i els ulls en el seu resplendor
desbordant: l'aurora es disfressa de menta inefable, tremola
el rostre damunt dels pergamins estesos dels estreps.
Carretera central de Saint George






SAINT GEORGE: DARRERA ESCALA/ SAINT GEORGE: ÚLTIMA ESCALA, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN DE PERE BESSÓ



Querido André:

Mi presente de Navidad: tu poema de San Jorge a la gringa, a despecho de la vieja mitología. Un nuevo caballero de la poesía con las nuevas armaduras y el nuevo caballo metálico y su mesnada siguiéndole. Un nuevo San Jorge o San Andrés, si quieres, cabalgando hacia el bosque y las montañas desnudas a la búsqueda del nuevo dragón con su cola de pipas de petróleo. O los escorpiones con su veneno de oro negro. Y los nuevos peligros de siempre, los desfiladeros, las nieves o la soledad misma. Y el tiempo del frío para recordar o sumarse al paisaje. Un paisaje resucitado, soñado, digno de la visión. Un paisaje que a mí me hace recordar la noche lorquiana de Poeta en Nueva York, pero que acá con la misma intención de dimensión épica, Andrés, recuperas. Para Lorca la ciudad de neón y el puente de Brooklyn, para tí, amigo, lejos de la megaurbe, el paisaje abierto y desolado -la soledad de nuevo- en el que tampoco nadie duerme, pero acá como allá una última estación, una última escala, la frontera última.
[On the road again i back home, dos modos de cante jondo a la gringa, que en ti suponen el border line, las tierras fronterizas y la vuelta a casa no sólo junto a os tuyos, sino más interiorizada: la vuelta a la lengua de la madre, mujer y hermanos y a la escritura propia]
Alegra ver, hermano, cómo, pese al frío interior y el de las afueras, sigues, tal canned heat, de nuevo en la carretera de las grandes convenciones líricas del amor y desamor, paisaje, soledad, tiempo, muerte y trascendencia... Pero alegra aun más comprobar cómo en el poeta Cruchaga el tránsito de los días cuentan con ciudades y calendarios, santorales con hojas de poemas curtidos a la sazón, como éste:



SAINT GEORGE: DARRERA ESCALA





Lluny del centre ja de Salt Lake City, al sud, entre els congostos.
La carretera 15 com un vell dromedari, les viles disfressades
de postals, la respiració inflada i els ulls en el seu resplendor
desbordant: l'aurora es disfressa de menta inefable, tremola
el rostre damunt dels pergamins estesos dels estreps.
Cases de fusta i sostres de fantasia, escorpions petris
travessant el desert: el fred entumeix el meu alé, encara que semble
paradoxa aquesta gota d'univers al meu pit.
Aleteja un vent lleuger de tempesta: en les àrees de descans fume
un cigarret, mentre d'altres caminants passen amb l'insomni
en el volant. L'armari de paret de l'albor no cap en les meues mans,
ni jo em puc contindre la joia.
Famolencs, la nit ens devora amb astorament oceànic. Sí, és espessa
la nit i aqueixa lluerna que entrelluquem de penes en les fronteres.
El fred no cessa encara al desert. És com anar descalços i en secret
travessant les Muntanyes Rocoses i part dels Apalatxes.
Res no defugeix la set de la foguera, ni la foguera apaga el vol:
—Beatriu, Alfons, Roser i jo, escrivim en el quadern del paisatge;
Abriguem el palpebreig del temps amb les hores familiars;
Pugem a la targeta postal de la fantasia, mentre aprenem
Dels ocells, mentre la sendera ens cura com a casa.
Passem ciutats i ciutats en desvetlament amb un tràfic esclarit
Fins a l'alba: —no veierem a ningú eixint d'amagat del bosc,
Ni desconeguts amb un punyal en les mans.
Las Vegas a la nit és una festa irreal imaginada o ressuscitada:
Ací ningú no dorm amb el seu verdor de llums, —ningú no resta, tampoc,
Arran de les finestres, ningú no desperta de la seua nit íntima
De jocs i apostes.
Al capdavall, posàrem les estovalles dasmunt de la taula i menjàrem: afora un altre
Paisatge ja: verd i fred i uns altres roquissars grocs,
com els de Pasadena i Palmdale a California…

(Escrit en el camí a California des de (West Valley, Salt Lake City, en vehicle, --14 horas--11 de desembre de 2010.)




SAINT GEORGE: ÚLTIMA ESCALA





Lejos del centro ya de Salt Lake City, al sur, entre los desfiladeros.
La carretera 15 como un viejo dromedario, las aldeas disfrazadas
de postales, la respiración henchida y los ojos en su esplendor
desbordante: la aurora se disfraza de hierbabuena inefable, tiembla
el rostro sobre los pergaminos tendidos de las estribaciones.
Casas de madera y techos de fantasía, escorpiones pétreos
atravesando el desierto: el frío entumece mi aliento, aunque parezca
paradoja esta gota de universo en mi pecho.
Aletea un leve viento de tormenta: en las áreas de descanso fumo
un cigarrillo, mientras otros caminantes pasan con el insomnio
en el volante. La alacena del albor no cabe en mis manos,
ni yo puedo contener mi regocijo.
Hambrientos, la noche nos devora con oceánico azoro. Sí, es espesa
la noche y ese tragaluz que apenas divisamos en las fronteras.
El frío no cesa aún en el desierto. Es como ir descalzos y en sigilo
atravesando las montañas Rocosas y parte de los Apalaches.
Nada esquiva la sed de la hoguera, ni la hoguera apaga el vuelo:
—Beatriz, Alfonso, Rosario y yo, escribimos en el cuaderno del paisaje;
Abrigamos el parpadeo del tiempo con las horas familiares;
subimos a la tarjeta postal de la fantasía, mientras aprendemos
de los pájaros, mientras el sendero nos cuide como en casa.
Pasamos ciudades y ciudades en desvelo con un tráfico despejado
hasta el alba: —no vimos a nadie saliendo a hurtadillas del bosque,
ni desconocidos con un puñal en las manos.
Las Vegas en la noche, es una fiesta irreal imaginada o resucitada:
ahí nadie duerme con su verdor de luces, —nadie permanece, tampoco,
al pie de las ventanas, nadie despierta de su íntima noche
de juegos y apuestas.
Al final, pusimos el mantel sobre la mesa y comimos: afuera otro
paisaje ya: verde y frío y otros roquedales amarillos,
como los de Pasadena y Palmdale en California…

(Escrito en el camino a California desde (West Valley, Salt Lake City, UTA en vehículo, --14 horas--11 de diciembre de 2010.)

jueves, 23 de diciembre de 2010

L’OFICI DE LES PARAULES / EL OFICIO DE LAS PALABRAS-TRADUCCIÓN Y COMENTARIO POR EL POETA PERE BESSÓ

Pere Bessó, poeta, académico y traductor, España





L’OFICI DE LES PARAULES / EL OFICIO DE LAS PALABRAS-TRADUCCIÓN Y COMENTARIO POR EL POETA PERE BESSÓ


Querido poeta:


He acá el poema que trasviste el propio oficio del poeta y su material. Un metapoema a la carta, si no fuera porque te pierde el lirismo. Mejor, te gana. Pierdes en la vivisección, acaso. Ganas –y mucho- en el desbordamiento meticuloso del oficio. No podrías empezar más fuerte: ninguna palabra deja de serlo, tal cual, en el círculo de los siglos. Y, como quien no quiere la cosa, encierras la palabra en su redonda perfección y sin desgaste por mor del tiempo. Lo sabían los presocráticos y lo sabía Eliot, aunque éstas navegasen en paisaje yermo. También lo sabe la autora que te sirve de perfume en el vestíbulo: frente al tedio de la tarde el cuerpo de la vida, o el eco de las voces que el poeta lanza en la montaña. Y no se vale que juegues, como un niño, a la acumulación de autores en el patio interior del poema. No hay quiasmo, no hay duda, no hay preterición de la alquimia ni del vuelo del Otro: no name, no face, no number. Tu taxonomía de las palabras es rica, polimórfica y, sin embargo, ajustada en sí misma. Palabras blancas de nieve; palabras foscas de ala de búho; palabras carnales de sábana y lienzo; palabras que cabalgan en estrofas, aguas y cuerpos; palabras vísceras y palabras sed o comestibles… Pero todas y cada una como las mujeres que amamos una vez, con su específico y unívoco aroma. Palabras, sagradas palabras en cuya busca dejamos la piel, como el Otro dejó delicadeza, árbol de mar y vida. Y tú dejas no salvas sino la pólvora íntima de este siglo que te yergue. Palabras que escuchas en el trino de los pájaros descalzos y que meticulosamente reescribes de madrugada, palabras de azúcar, de volcán o indigestas, de vigilia o de exilios de sueños…




L’OFICI DE LES PARAULES



Ahora decido recrear el cuerpo de la vida
sin que dejen de oírse en el tedio de las tardes
las extrañas palabras de este siglo.
LOURDES GONZÁLEZ


Cap paraula no deixa de ser tal en el cercle dels segles;
totes són vísceres, cavalcadures, batalles de cos i llit.
A voltes són aqueixa nit habitada pel brufol i els rats penats,
a voltes fosques com l’horitzó que es perd en la malesa:
—sense dubte tenen massa ales per a la meua set nua:
llunes i universos comestibles.
No hi ha camins que prescindisquen de la seua flaire,
ni setmanes sense escopinades, ni parets sense oblits.
Si bé són innecessàries al llit, sovintegen en el mercat,
albirant la seua boca d’orquestra.
Per a aquest món de pólvora i plors, val la seua humida flaçada,
els ocells descalços damunt de l’herba,
el mapa blau del somrís amb el seu volcà de sucre.
Existesc i després les perpetue en cada pàgina que es fon
en les meues ninetes; davallen a les meues mans amb la seua camisa redona;
filen els tramvies del fum fins a soscavar la tristesa.
—quant pesaven en la valisa de Vallejo,
en el Ciudadano del olvido d’Huidobro, en La espada encendida,
de Neruda, en els Mal de amores d’Óscar Hahn?
Quant pesaven en els Diàlegs de Plató, o en Sòcrates, Heràclit,
En Descartes, Goethe, Góngora, Quevedo,
l’abís amb rostre d’arbre, els discursos cecs dels objectes,
l’home arrossegant les paraules imprescindibles,
—les de sempre, sense vacil•lacions, suportant la llum de l’aigua?
Hi ha paraules comestibles: primer es balbuceja l’escriptura;
Hi ha paraules que és precís tirar-les en paracaigudes;
Unes altres haurem d’engolir-les com l’oli de bacallà,
I d’altres, no menys importants, es fornegen al tinter de l’infinit.
Hi ha paraules per a tots els gustos:
depén una mica de les flaires que estiguen en la balança;
sense dubte hi ha paraules coentes: inodores i incolores,
i hi ha intermedis per a evitar les ensopegades en dejú
i la mala digestió.
amb la meua miopia, em proposí emprar les dels ocells. A ells els dec
el monòleg amb les estrelles, els dies de matinada,
l’aire fresc que s’amuntega en les meues esquerdes.
Descarte les paraules suspicaces per allò d’una indigestió:
a voltes només són ombra o espill del meu rostre;
hi ha moments que es converteixen en exili dels somnis…

Baratària, 21.XII.2010


EL OFICIO DE LAS PALABRAS




Ahora decido recrear el cuerpo de la vida
sin que dejen de oírse en el tedio de las tardes
las extrañas palabras de este siglo.
LOURDES GONZÁLEZ



Ninguna palabra deja de ser tal en el círculo de los siglos;
todas son vísceras, cabalgaduras, batallas de cuerpo y lecho.
A veces son esa noche habitada por el búho y los murciélagos,
a veces oscuras como el horizonte que se pierde en la maleza:
—sin duda tienen demasiadas alas para mi sed desnuda:
lunas y universos comestibles.
No hay caminos que prescindan de su aroma,
ni semanas sin escupitajos, ni paredes sin olvidos.
Si bien son innecesarias en la cama, abundan en el mercado,
asomando su boca de orquesta.
Para este mundo de pólvora y sollozos, vale su húmeda cobija,
los pájaros descalzos sobre la hierba,
el mapa azul de la sonrisa con su volcán de azúcar.
Existo y luego las perpetúo en cada página que se derrite
en mis pupilas; descienden a mis manos con su camisa redonda;
hilan los tranvías del humo hasta socavar la tristeza.
—¿cuánto pesaban en la valija de Vallejo,
en el Ciudadano del olvido de Huidobro, en La espada encendida,
de Neruda, en los Mal de amores de Óscar Hahn?
¿Cuánto pesaban en los Diálogos de Platón, o en Sócrates, Heráclito,
En descartes, Goethe, Góngora, Quevedo,
el abismo con rostro de árbol, los discursos ciegos de los objetos,
el hombre arrastrando las palabras imprescindibles,
—las de siempre, sin titubeos, soportando la luz del agua?
Hay palabras comestibles: primero se balbucea la escritura;
Hay palabras que es preciso tirarlas en paracaídas;
Otras habrá que ingerirlas como el aceite de bacalao,
Y otras, no menos importantes, se hornean en el tintero del infinito.
Hay palabras para todos los gustos:
depende un poco de las fragancias que estén en la balanza;
sin duda hay palabras cursi: inodoras e incoloras,
y hay intermedios para evitar los tropezones en ayunas
y la mala digestión.
con mi miopía, me propuse usar las de los pájaros. A ellos les debo
el monólogo con las estrellas, los días de madrugada,
el aire fresco que se amontona en mis grietas.
Descarto las palabras suspicaces por aquello de una indigestión:
a veces sólo son sombra o espejo de mi rostro;
hay momentos que se convierten en exilio de los sueños…

Barataria, 21.XII.2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

ACUSE DE RECIBO* POR DANIÈLLE TROTTIER

Danièlle Trottier, Canadá






ACUSE DE RECIBO* POR DANIÈLLE TROTTIER



Mi estimado André,

Grata sorpresa me dio recibir tu último libro de hermosa portada. Realmente un sacro regalo que asocio a las fiestas navideñas que se avecinan. Me tomé estos días para echarle una mirada e intentar elegir los poemas que más me gustaban. Te cuento que estoy asombrada de lo activo que sigues siendo en la producción literaria y poética, y mi admiración por eso. Sin conocer mucho de catalán, intuyo que el traductor hizo un muy buen trabajo, y todo ello va merecido a la Gran Obra que vas edificando a lo largo de los años y lazos que vas tejiendo por el mundo.

Noté, con cierto asombro, una poesía amorosa, levemente erótica, en tu poemario, cosa nueva para mis conocimientos de tu obra. Me gustó, la verdad. También acerté a ver, a intuir, una retórica diferente en ciertos poemas, de lo que te conocía. Me refiero por ejemplo a este poema, IMAGINO ESPECTROS, que me llamó mucho la atención. Hay imágenes ahí que me atrajeron mucho, como La violencia colma el calendario y no hay puerta ilesa. O: Vagas calles donde el alba ha perdido toda fantasía. / Cada día las aldabas de la noche nos quitan el aire;

Tenía razón la Dra. Madera cuando menciona los binarismos, y de hecho me sedujeron los destellos de DÍAS CON ALTARES DESCOLORIDOS. En especial, el inicio de tu texto: Hay días donde los teléfonos no sirven para las emociones. ¡Me parece audaz como arranque! Pero cuán cierto, como el impulso de la cerbatana (Tarda el agua en su cósmica travesía, presiento la alacena / Del invierno con su confesa eucaristía.) ¡Nunca antes había percibido la “eucaristía” en ese entorno textual!

Me dejó intrigada ASONANCIAS por el tono y el tema. Sin olvidar la cita introductoria, que deslumbra por su ingenio, presagiando lo que el lector va a leer (injurias hechas a nuestras comunidades). Mientras el hambre parpadea / En las losas babélicas de la ideología. Esa estrofa vale por todo el poema (¡!)
Interesante también el recurso de las cursivas insertas en el texto poético: dos niveles de lectura y un dejo de no sé qué de saudade…

Te reconocí en ANDRAJO DE LA HORA…pensé en el libro que habíamos traducido Valérie y yo, el dedicado por entero a tu madre. Una pesadumbre en el diario vivir, una cierta oscuridad, pensamientos sombríos… Esperar hasta envejecer innecesariamente. Me quedé atónita leyendo este verso. Todavía sigo bajo el impacto de tu palabra. No hay idioma / Que abarque esta demencia de ausencias y harapos. Otro verso de choque, que rompe todos mis meridianos…

Me detengo aquí no sin agregar que siento en tu escritura un gran dolor – más fuerte que nunca – por tu patria.

Un gran abrazo, y gracias por haberme incluido entre tus cómplices poéticos,
daniela


*La poeta, novelista y traductora canadiense Danièlle Trottier se refiere a la obra recientemente publicada por André Cruchaga: Sublimación de la noche, en edición bilingüe: español-catalán.

sábado, 18 de diciembre de 2010

WEST JORDAN-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN AL CATALÁN POR PERE BESSÓ

Pere Bessó, poeta y traductor español






COMENTARIO Y TRADUCCIÓN- PERE BESSÓ



Querido André:

Tu poema, “una hoja del periódico inédito para escribir los sueños”...

Estas vacaciones han debido de serte provechosas, pues no sólo te habrán proporcionado un respiro, que siempre se agradece sino que, demás, te has traído material que ahora, poco a poco, va dando sus frutos. Como este poema en donde la descripción de la Naturaleza tan distinta a la de San Salvador invita al recogimiento y la reflexión, sí, pero también al destello visionario del paisaje total, en que integras el encuentro con la oculta anatomía espiritual de los seres anónimos, pero hermandos en ese frío, helor. nieve y café negro hirviendo. Resulta, pues, curioso, cómo en la cuna de los mormones y de un capitalismo casi casi calvinista, pasado por la lluvia y el aguanieve en los ojos, puedas haber tenido todavía tiempo para seguir manteniendo tus constantes líricas: has visto ciervos, cuervos, gaviotas, bosques, iceberg y granizos, sí, pero también has visto -desde el sueño o la vigilia- los pechos entelados de vida de las muchachas mientras los perros le lamen los guantes a la nieve...
Un poema cruchaguiano donde el descriptivismo visionario incita a detener el tiempo por breves instantes, invita a la danza de las cucharas en la taza o vaso de café humeante y a cerrar los ojos e imaginarse en el paseo por esas calles con animales gélidos, con paso perezoso o a todo pasto, pero en silencio, como embebiéndose del perfume abrigado del aliento. Un poema cuya altura, en suma, lleva a las colinas armoniosas de las hojas de hierba del frondoso bosque de Walt Whitman...
Un abrazo, amigo, junto a mi felicitación (y envidia).
A las puertas de unas Navidades mediterráneas, pero con el frío que llegó como un zumbido del Norte.
Pere Bessó.

18 Diciembre 2010



WEST JORDAN



Huésped es el que ha de partir, al alba.
FINA GARCÍA MARRUZ


Tot sembla harmonia a South Valley, Best Buy, Kohl's,
Lowe's, Ross, Sam's Club, Sears Grand i Target, —cada dia ha sigut
Un periòdic inèdit per a escriure els somnis.
(Algú podrà dir que són somnambulismes del consum,
Dimonis del capitalisme),
Però passa que sóc viatger de búfals sense fatiga: irremeiable
Ràfega de pergamins i poeta d'estranyeses.
Així que el meu sossec es troba en la pell eriçada de les paraules,
En la calabruixa i en l'iceberg; en l'ebullició de les voravies.
De sobte em recolze en el coixí de l'aurora. La llanterna
Del xiuxueig reconstrueix la memòria,
En la roda inconclusa del sol, en el dia nocturn del cel.
En creuar el carrer, he d'afonar les meues sabates als promontoris
De neu, en aqueix blanc espés de gavines.
Ací em deixaria créixer la barba fins als genolls per a suportar
El fred sense esbargir d'escriure en el meu quadern de notes.
L'aigua forma parets on no es banyen els ànecs ni les burilles
Queden a mercé en les voravies. Aquesta part de la ciutat sembla
Una molsa blanca als meus ulls.
He vist animals gèlids caminant pels carrers
I vellards prenent café negre cremats per llençols muts.
Pose els meus ulls en els corbs: i llardegen els estaules i formigues
Devoren el pixum de la lluna,
Punxen amb el ventall de les seues ales negres, en contrast amb els arbres
Dentats de blanc. De sobte al lluny un cèrvol,
batega als armaris blancs dels canons.
De sobte tremolen les dents davant de tanta església enlairant-se
Fins al cel dels mormons, amb mestissatge i sincretisme.
Allà el dia trencat per les faules. El dia sense anatomies certes.
El dia sense fulles i els gossos llepant els guants de la neu.
Només en les xemeneies resten els mocadors. Vacil•la el somriure
Davant de les parpelles gelades, —davant de la saliva patinant
En la llengua. Queden intactes els predis erms de l'herba,
I la dansa de les culleres dins del got bullint de café.
Mentre els esquirols fugen a través del fil de les branques sense fulles,
Els semàfors omplin de llums la fila de carros.
A ningú no li resulta cridanera aquesta penombra quotidiana. A ningú no li fa
Que les noies entelen els seus pits amb aquest paisatge
Enfarinat. A ningú no li fa la lluna subterrània penjada de la finestra.
A ningú no li fa entrar i eixir dels inodors,
I mastegar l'insomni sense llevar-se els guants i l'alfabet
En gotes de fred. A ningú no li fa ja creuar el somni en gòndoles
I menjar abrigats de cap a peus.

West Jordan, Utah, diciembre de 2010




WEST JORDAN




Huésped es el que ha de partir, al alba.
FINA GARCÍA MARRUZ



Todo parece armonía en South Valley, Best Buy, Kohl's,
Lowe's, Ross, Sam's Club, Sears Grand y Target, —cada día ha sido
Un periódico inétido para escribir los sueños.
(Alguien podrá decir que son sonambulismos del consumo,
Demonios del capitalismo),
Pero sucede que soy viajero de búfalos sin fatiga: irremediable
Ráfaga de pergaminos y poeta de extrañezas.
Así que mi sosiego está en la piel erizada de las palabras,
En el granizo y en el iceberg; en la ebullición de las aceras.
De pronto me recuesto en la almohada de la aurora. La linterna
Del susurro reconstruye la memoria,
En la rueda inconclusa del sol, en el día nocturno del cielo.
Al cruzar la calle, debo hundir mis zapatos en los promontorios
De nieve, en ese blanco espeso de gaviotas.
Aquí dejaría crecer mi barba hasta las rodillas para soportar
El frío sin derramar de escribir en mi cuaderno de notas.
El agua forma paredes donde no se bañan los patos ni las colillas
Quedan a merced en las aceras. Esta parte de la ciudad, parece
Un musgo blanco en mis ojos.
He visto animales gélidos caminando por las calles
Y ancianos tomando café negro quemados por sábanas mudas.
Pongo mis ojos sobre los cuervos: merodean los establos y hormigas,
Devoran la orina de la luna,
Punzan con el abanico de sus alas negras, en contraste con los árboles
Dentados de blanco. De pronto en la distancia un ciervo,
Late en los armarios blancos de los cañones.
De pronto tiritan los dientes frente a tanta iglesia elevándose
Hasta el cielo de los mormones, con mestizaje y sincretismo.
Allá el día roto por las fábulas. El día sin anatomías ciertas.
El día sin hojas y los perros lamiendo los guantes de la nieve.
Sólo en las chimeneas se quedan los pañuelos. Vacila la sonrisa
Frente a los párpados helados, —frente a la saliva patinando
En la lengua. Quedan intactos los predios baldíos de la yerba,
Y la danza de las cucharas dentro del vaso hirviente de café.
Mientras las ardillas huyen a través del filo de las ramas sin hojas,
Los semáforos llenan de luces la fila de carros.
A nadie le es extraña esta penumbra cotidiana. A nadie le importa
Que las muchachas empañen sus senos con este enharinado
Paisaje. A nadie le importa la luna subterránea colgada de la ventana.
A nadie le importa entrar y salir de los inodoros,
Y masticar el insomnio sin quitarse los guantes y el alfabeto
En gotas de frío. A nadie le importa ya, cruzar el sueño en góndolas
Y comer abrigados de pies a cabeza.

West Jordan, Utah, diciembre de 2010

martes, 14 de diciembre de 2010

ANDRÉ CRUCHAGA EN LA POESÍA SALVADOREÑA-POR MIGUEL FAJARDO KOREA

Miguel Fajardo Korea, Educador, Poeta y Ensayista Costarricense





ANDRÉ CRUCHAGA EN LA POESÍA SALVADOREÑA


POR MIGUEL FAJARDO KOREA,
EDUCADOR, POETA, ENSAYISTA COSTARRICENSE



(Costa Rica). La poesía tiene una virtud: es un encuentro y un desencuentro. Las posibilidades de convergencia desde la poesía son múltiples. En este caso, internet fue el acercamiento; los libros, su fortaleza. Una tercera fase, será conocernos personalmente, en el momento oportuno, en algunos de nuestros países centroamericanos.
El trabajo de difusión de André Cruchaga (1957) es excepcional. Sus páginas Web están al servicio de la extensión cultural sin distingos de nacionalidad e ideologías. Se esmera, cada día por ofrecer los mejores y más exquisitos portales a la luz intensa de la poesía. Muchísimas gracias, André Cruchaga, por ofrecernos espacios de conocimiento tan frescos y caminos humanos y literarios, tan vastos y reconfortantes para el espíritu.
El Lic. André Cruchaga es profesor de humanidades y Ciencias de la Educación. Ha sido académico en enseñanza media y universitaria. Su bibliografía es extensa, con 19 libros desde 1992 hasta la fecha, a saber: Alegoría de la palabra, Fantasía del agua, Fuego de la intimidad, Espejo de invierno, Memoria de Marylhurts, Visión de la muerte, Antigua soledad, Insomnio divagante, viento, Césped sobre el fuego, Fugitiva luz de los espejos, Fantasía del bosque, Enigma del tiempo, Roja vigilia, Querencia del follaje, Rumor de pájaros, Oscuridad sin fecha, Pie en tierra y Viajar de la ceniza —hasta ahora—.
De su sostenida producción literaria, me interesa centrar mi abordaje lírico, entres de su más reciente producción, a saber: “Oscuridad sin fecha”, 2006; “Pie en tierra”, 2007 y “Viajar de la ceniza”, 2010.
Su obra poética ha sido traducida al francés por Danièlle Trottier y Valèrie St Germain; al vasco por Miren Eukene Lizeaga; al griego por Lía Karavia; al holandés por Michel Krott; al rumano por Liliana Popescu y al catalán por Pere Bessó. Fungió como jurado en la bienal literaria “José Antonio Ramos Sucre”, Venezuela, 2007. Ha obtenido diversos premios.
“Oscuridad sin fecha” contiene un orientador prólogo del escritor David escobar Galindo —a quien conoicí en Costa Rica hace muchos años—. Es una edición bilingüe español/vasco.
En la poesía de Cruchaga existe un dossier de antifaces, aunque al hablar de la vida no se debe tener miedo a los fantasmas. Sin embargo, las hormigas se mueren al ver los espejos. La vida nocturnal es un horizonte de soledad, verjas y sombras en la luna. Es decir, en el mapa lírico de Cruchaga campea una honda preocupación por la nostalgia de los espejos, lo inanimado es una respuesta donde “El silencio nos arroja rostros reales”.
El ánimo del cansancio es un desgarramiento en el espacio corporal. Mares y noches, bocanadas y desgarramientos. Sus preocupaciones estelares son el silencio que habla y ve, porque “Nos toca morir en un país de gritos”. Es el grito humano como un vector semiótico de repercusiones en el atardecer de la sonrisa, en el círculo cabalístico, o bien, en las tumbas hambrientas.
La ubicuidad es otro de los rasgos de este mapa lírico “Uno se da cuenta de que ya no se es de aquí ni de allá”. La mirada se comporta, entonces, como uno de los signos del futuro en el ayer, es decir, siempre. “Un corazón donde latía el río” es una imagen plurisignificativa de hondo arraigo expresivo, en el trópico del oleaje, en la hierbabuena del tiempo.
Existe un acendrado espíritu de búsqueda por los desaparecidos, por sus olvidos “Tan atroces como hablar con las sombras”. Dice Benedetti que “el olvido está lleno de memoria” y, en esa dimensión, el autor salvadoreño expresa “la tempestad de la ciudad y sus desaparecidos”. El tópico central de la ciudad, con todos sus contornos y expresiones desangeladas. “Este país fue hecho prohibido para el olvido”, es un verso contundente, restallante. Es una incisiva reflexión para todos.
Ironiza cuando aduce “Sé que la vida, de vez en cuando, es un manicomio”. La vida, el mundo mismo se comportan de esa manera. Los actos coyunturales son problemáticos, hoy. A veces, “La vida es un viaje a cero. En otro momento discursivo remarca “Me duele saber que la vida encarna oscuridades”, a pesar de ello, “Su sombra es mi ser. Mi compañía. El centro de mí”. Es decir, la fuerza humana es un sujeto activo en este mapa lírico. Esa condición actancial le permite decir “Un segundo en un vaso es la vida”.
“Pie en tierra” incursiona en un dualismo de entrada “Contemplar es vivir. Vivir es despertar”. Es como si el río de la irrealidades sujetaran al poeta y le indicaran otras rutas, aunque “De nada sirve abrir los ojos: todo es sombra”. Y en esa vastedad de la sombra distinta “La noche tiene un solo ojo ciego”. La ceguedad del mundo es asombrosa. Tenemos tanta capacidad para destruir, que se debe “Descubrir los pasos desgastados en los espejos”.
Los poemas de este poemario de Cruchaga son más extensos, como si quisiera expresarnos todo su dolor, su angustia existencial ante los avatares del mundo, ante los quehaceres de las fronteras, aunque “Aunque nada es posible con ellos para que no se pudran las palabras”.
El sujeto lírico aboga por los desaparecidos “Luego sobrevienen los exterminios selectivos”. Las estadísticas planetarias, en ese sentido, son apabullantes. Uno se queda incrédulo ante tanta barbarie y eso que estamos en el Siglo XXI “Sólo me queda esperar noticias/Y asumir la culpa/Y recoger el espejo de mí mismo en pedazos”. Los poetas no renunciaremos a seguir denunciando ese Apocalipsis.
“Ahora nadie ve y nadie ha visto”(…) “Comiéndose la vida”. El dolor como comida es un signo devorador “Por mucho tiempo a los vivos nos come el luto”. Sus doloridos acentos singularizan una especie de esquema recolectivo de la angustia y los traumas humanos más evidentes, porque “Vivir aquí es una aventura de la sed”.
En el universo poético de André Cruchaga “Jamás regresaremos al mismo sitio/de donde partimos”, porque “Todos no somos los mismos”. En ese encontrarse y desencontrarse que es la vida, la voz de Cruchaga es un resquicio para reflexionar sobre la condición vital “Por eso la mayor fatalidad es estar vivo, seguir vivo”. Las herencias le preocupan al poeta “Partir dejando a otros, espectros de sí mismo”.
“Viajar de la ceniza” (2010) es una hermosa edición bilingüe español-francés, con un prólogo de María Eugenia Caseiro. Deseo compartir con los lectores del periódico AEXIÓN-COSTA RICA, exquisitos versos del más reciente poemario de André Cruchaga, para ello, para ello, transcribiré una muestra selecta de su poesía, con honda calidad reflexiva, a saber:
¿Acaso el olvido borra la historia?
¿Quién nos mordió la existencia?
¿Alguien puede quitar las piedras sobre la aurora?
“Ni los verdugos socavaron el umbral de la esperanza”
“La eternidad solo es posible a través de la memoria”
“Toda la vida ha estado llena de ti”
“Un día abrazamos el cuerpo desvelado”
“Hemos aprendido a vivir en el patio de la historia”
“La vida, es decir, la huella digital de ser de mi alma”
En las lecturas de André se advierte una fortaleza que afirma su concepción cosmovisionaria. Puede observarse en ellas, epígrafes testimoniales de figuras tan relevantes como Antonio Gamoneda, Pablo Neruda, Andrés Sabella, Roque Dalton, Manuel Altolaguirre, Luis Cardoza y Aragón, Jorge Luis Borges, Gabriela Mistral, Juan Antonio Massone, César Vallejo, Bertolt Brecht o Juan Ramón Jiménez, entre otros.
Saludamos al maestro André Cruchaga y a los dilectos poetas y amigos Carmen González Huguet y Jorge Galán, porque sabemos que sus esfuerzos por mejorar el mundo son recurrentes, a pesar de todas las insanias y velocidades que nos asedian cada día de la tierra.

El presente artículo escrito por Miguel Fajardo Korea, fue publicado en el Periódico ANEXIÓN de Costa Rica, año 18, Número 208 octubre-noviembre de 2010.

lunes, 13 de diciembre de 2010

CORC INNAVEGABLE/CARCOMA INNAVEGABLE-COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ

Pere Bessó, poeta y traductor español






CORC INNAVEGABLE / CARCOMA INNAVEGABLE, COMENTARIO Y TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ


Eso es, querido André, al menos nos queda un mismo cielo –amante y amada, o el yo desdoblado- que hunde las más profundas raíces en el seno o umbral de nosotros mismos. Eso ya lo dijo de otro modo, pero por ahí andaba César Vallejo. Y tienes no poca razón: el mediocre no puede aceptar el fulgor ajeno. Demasiado a menudo el mediocre no es mediocritas aureas sino mezquino. Como el trapisonda que no llega a gozque de visita dominguera.

Me gusta tu poema a dos voces, en realidad una con desdoble aparente. Y me gusta cómo acudes a la metáfora clásica de la carcoma para describir la jauría de la noche. Como me gusta sobremanera tu particular homenaje al maestro Canales. Uno de los poetas de la Generación de Medio Siglo más interesantes de las sucesivas hornadas andaluzas. Y si el amigo Canales encontró su abadía de Port-Royal como un jansenista de la poesía, el André Cruchaga no le va a la zaga desde su particular ermita oculta que sólo resplandece en la vigilia iluminada de los grandes.
Un poeta capaz de encender su boca con la fuerza seminal de los flujos más íntimos y hospitalarios es un poeta mayor, asciende y desciende el haz y envés de la luz primera:

--Déjame cantar
Sobre la palmera del pubis y enharinar el terciopelo de la luna.


Un jilguero selenita o un cuco travieso que sabe conjugar la voz del trovador, la qasida andalusí y la virtud de las telas simbolistas en el justo centro. De ahí la raíz más enrevesada de la lírica en el amigo poeta que sabe pocear, como un buen blues, en las muddy waters de peces más sabrosos.
Lo diré una vez más: disfruto con y de tu poesía.
A veces, duende, a veces trasgo, a veces genio.
Pere Bessó



CORC INNAVEGABLE



Cuando en el río de soledad que, a veces, nos recorre,
un álveo seco, piedras
con huella de lavados imposibles,…
ALFONSO CANALES



El corc de la nit té cambres fosques. Dents hostils
Per a morir lentament en la panaderia de les paraules.
Encara no s’ha cansat l’enveja de la seua desventura: Mossega
Trens en el seu amarg aprenentatge. Passa que al treball
El nomenen sort,
I al corc pa diví. A l’oci, desventura; a les portes, falsos
Murs. Costa entendre els éssers derrotats per la mediocritat.
Viuen en el rectangle del sofriment.
Dessagnen les seues vèrtebres i les seues genives. El temps no els abasta
Per a doldre’s i culpar uns altres dels seus mals.
(Tu i jo sabem d’aquestes nits de cendra que pillardegen
Les temples damunt de la polseguera de les ones, d’un mar glacial
De sentiments recorregut per alacrans innecessaris. Sé que ens
Colpegen el somni, però en bescanvi, nosaltres sí sabem el rumb
De les nostres sabates, les escoles d’estàtues que ens envolten,
L’anilina de gos que llepa els turmells, els ulls cansats que cauen
Damunt de nosaltres sense transparència.
Sabem que cantem i volem. Sabem el lloc precís
Destinat als bornis, l’escarabat d’escuma enganyosa damunt de
La taula, la puntuació inexacta dels incestos.
Hem hagut d’aprendre a caminar amb la butxaca plena d’espines,
Nadar en la piscina de l’enveja, menjar entre l’alumini
De les boques falses, descobrir els lingots de metzina
En el calendari. Hem sigut pacients davant l’asserradura de l’odi;
Sota el fum hem sigut abatuts.
Ja volgueren tindre la felicitat nostra, tindre també el nostre odi.
Però ni això els donem. Els deixem els carrers perquè hi cremen
Com éssers somnàmbuls, les voravies, els aliments.
Tant de bo aprenguen a mastegar allò necessari. Tant de bo un dia els abaste
La felicitat. Tant de bo un dia, almenys muiren amb elegància,
I no dediquen les seues dents a la ignomínia.
Tu i jo, que ho sabem, donem-los síl•labes de sucre perquè les seues vides
Siguen menys fosques, menys virulentes, menys inexactes.
Donem-los tasses de llampecs cristal•lins, rosada amb mel
I fins i tot una porga perquè llaven els seus budells. Donem-los tancs
D’oxígen; no poden respirar a soles, necessiten de la nostra
Ombra. Els dol la nostra felicitat. Els dol la nostra fosforescència.
Deixem-los que s’escorren pertorbats pels seus somnis maniqueus.
Tal vegada un dia troben la seua mateixa felicitat i masteguen formigues
D’un altre planeta, d’uns altres matolls amb lluernes.)
Nosaltres, gaudim de l’amor que ens tenim. Gaudim-nos
Cada dia en els kilómetres de llum que tenim. Nosaltres mosseguem
La boca blava dels porus, la boca de la rosada: —Deixa’m cantar
Damunt de la palmera del pubis i enfarinar el vellut de la lluna.
Deixem que els nostres enemics cremen en el seu mateix foc; nosaltres
Al capdavall, tenim el nostre mateix cel amb arrels pregones.

Baratària, 23.XI.2010



CARCOMA INNAVEGABLE




Cuando en el río de soledad que, a veces, nos recorre,
un álveo seco, piedras
con huella de lavados imposibles,…
ALFONSO CANALES




La carcoma de la noche tiene cuartos oscuros. Dientes hostiles
Para morir lentamente en la panadería de las palabras.
Todavía no se ha cansado la envidia de su desventura: Muerde
Trenes en su amargo aprendizaje. Resulta que al trabajo
Se le llama suerte,
Y a la carcoma pan divino. Al ocio, desventura; a las puertas, falsos
Muros. Cuesta entender a los seres derrotados por la mediocridad.
Viven en el rectángulo del sufrimiento.
Desangran sus vértebras y sus encías. El tiempo no les alcanza
Para dolerse y culpar a otros de sus males.
(Vos y yo sabemos de estas noches de ceniza que merodean
Las sienes sobre la polvareda de las olas, de un mar glacial
De sentimientos recorrido por escorpiones innecesarios. Sé que nos
Golpean el sueño, pero a cambio, nosotros sí sabemos el rumbo
De nuestros zapatos, las escuelas de estatuas que nos rodean,
La anilina de perro que lame los tobillos, los fatigados ojos que caen
Sobre nosotros sin transparencia.
Sabemos que cantamos y volamos. Sabemos el lugar preciso
Destinado a los tuertos, el escarabajo de espuma engañosa sobre
La mesa, la puntuación inexacta de los incestos.
Hemos tenido que aprender a caminar con el bolsillo lleno de espinas,
Nadar en la piscina de la envidia, comer entre el aluminio
De las bocas falsas, descubrir los lingotes de ponzoña
En el calendario. Hemos sido pacientes ante el aserrín del odio;
Bajo el humo hemos sido abatidos.
Ya quisieran tener la felicidad nuestra, tener también nuestro odio.
Pero ni eso les damos. Les dejamos las calles para que ardan en ellas
Como seres sonámbulos, las aceras, los alimentos.
Ojalá aprendan a masticar lo necesario. Ojalá un día los alcance
La felicidad. Ojalá un día, al menos mueran con elegancia,
Y no dediquen sus dientes a la ignominia.
Vos y yo, que lo sabemos, démosles sílabas de azúcar para que sus vidas
Sean menos hoscas, menos virulentas, menos inexactas.
Démosles tazas de relámpagos cristalinos, rocío con miel
Y hasta una purga para que laven sus intestinos. Démosles tanques
De oxígeno; no pueden respirar por sí solos, necesitan de nuestra
Sombra. Les duele nuestra felicidad. Les duele nuestra fosforescencia.
Dejémoslos que fluyan perturbados por sus sueños maniqueos.
Tal vez un día encuentren su propia felicidad y mastiquen hormigas
De otro planeta, de otros matorrales con luciérnagas.)

Nosotros, gocémonos con el amor que nos tenemos. Gocémonos
Cada día en los kilómetros de luz que tenemos. Nosotros mordamos
La boca azul de los poros, la boca del rocío: —Déjame cantar
Sobre la palmera del pubis y enharinar el terciopelo de la luna.
Dejemos que nuestros enemigos ardan en su propio fuego; nosotros
Al fin y al cabo, tenemos nuestro propio cielo con raíces profundas.

Barataria, 23.XI.2010