martes, 12 de junio de 2012

INSOMNI VESSAT/ INSOMNIO DERRAMADO

Imatge de André Cruchaga






INSOMNI VESSAT/ INSOMNIO DERRAMADO
TRADUCCIÓN: PERE BESSÓ





INSOMNI VESSAT



Caminar de matí és tan necessari com escriure. Esbargir la tinta damunt de la fulla de paper en blanc sempre resulta gratificant, més encara quan en aqueixa céquia es vessen els insomnis, el dia rere dia amb les seues angoixes i esperes, els metalls del cel i els rostres que les paraules tenen quan es despullen. He aprés que el viure continu ens serveix per a refermar les certeses o els dubtes; de més a més, mai no acabem de conéixer tot allò que ens envolta, hi incloem les persones: ça i lla sembla que és la mateixa argamassa esdevinguda insomni. Ens confiem i sovint emergeix l'inevitable, l'animal fer amb les seues fissures, l'amor inconcebible amb les seues rancúnies, la insània de l'ull no justament en la seua pròpia palla, les partides que sempre deixen un eco tenebrós. Per alguna raó, el temps ens dóna la raó: la decència deixà de pujar les escales, puc palpar-lo en els plats domèstics de la pell que envelleix. Si mire al voltant, em trobe amb els plecs de l'ànima; i, tanmateix, bec serenament la llum de les batalles que a gosades no són poques: davant de cada tempesta, els anells del terbolí, el paladar mossegant ombres, el pervindre damunt de l'asfalt de les ombres. Em sorprenen els colps de la nit, en qui fiar el meu cansament o els meus costats, després que la pedra cau damunt de les parpelles, després que es trucaren portes i només resta l'ullera trasnuitada travessant la certesa del silenci.


Baratària, 08.VI.2012




INSOMNIO DERRAMADO





Caminar en las mañanas es tan necesario como escribir. Desparramar la tinta sobre la hoja de papel en blanco siempre resulta gratificante, más cuando en esa acequia se vierten los insomnios, el día a día con sus angustias y esperas, los metales del cielo y los rostros que las palabras tienen cuando se desvisten. He aprendido que el continuo vivir, nos sirve para reafirmar las certezas o las dudas; por más, uno nunca termina de conocer todo cuanto nos rodea, incluyendo a las personas: aquí y allá parece que es la misma argamasa convertida en insomnio. Nos fiamos y a menudo, emerge lo inevitable, el animal fiero con sus fisuras, el amor inconcebible con sus rencores, la insania del ojo no precisamente en su propia paja, las partidas que siempre dejan un eco tenebroso. Por alguna razón, el tiempo le da la razón a uno: la decencia dejó de ascender las escaleras, puedo palparlo en los platos domésticos de la piel que envejece. Si miro alrededor, me encuentro con los dobleces del alma; y sin embargo, bebo con serenidad la luz de las batallas que no son pocas: ante cada tormenta, los anillos del torbellino, el paladar mordiendo sombras, el porvenir sobre el asfalto de las sombras. Me sorprenden los golpes de la noche, en quién confiar mi cansancio y mis costados, después que la piedra cae sobre los párpados, después que se tocaron puertas y sólo queda la ojera trasnochada atravesando la certeza del silencio.

Barataria, 08.VI.2012


____apostilla____________

Querido André: De nuevo el placer de traducirte en catalán. Por diversas razones entre las que priman, por un lado, la reconversión de las palabras con sus reglas y servidumbres (en ocasiones ellas también viajan o se pliegan a las más diversas vicisitudes: cobran vida propia); por otro, el juego de las pertenencias: es decir, donde acabas tú y dónde empiezo yo. Porque estamos ambos, a lo que veo, en las analogías del insomnio y, en mi caso, resisto gracias a las cabezadas. Porque a la hora de caminar, (me) valen tanto las andanzas físicas a través del asfalto o por las acequias como la andadura del insomne a través del pensamiento abotargado a través de las diversas fases que conlleva ese mundo de sombras e iluminaciones inesperadas. Incluso la aparición justo entonces del animal fiero que forma parte de nuestro atuendo más íntimo (algunos le llaman, alma) para vestir la certeza del silencio.
Un abrazo,
Pere