lunes, 1 de octubre de 2012

EVASIÓ/ EVASIÓN- TRADUCCIÓN AL CATALÁN Y COMENTARIO INTRODUCTORIO, PERE BESSÓ

Imagen tomada de guayas.quebarato.com.ec



EVASIÓ/ EVASIÓN- TRADUCCIÓN AL

CATALÁN Y COMENTARIO

INTRODUCTORIO, PERE BESSÓ




Querido  André:

En no pocas ocasiones he hablado de la lógica del discurso trasracional de la poesía como código de lengua autónoma tal como había defendido Michel Riffaterre. Y he sostenido que la ruptura aparente de la sintaxis tradicional sólo lo es en la medida que esa conducta anormativa del poeta para con la escritura de un texto da paso a otro tipo de sintaxis que libera y amplía los límites de la semántica del texto, siempre dentro de una organización del significado y sentido absolutamente cohesionada, salvo cuando el poeta desea a voluntad el descontrol, el desorden y, por acumulación, la simulación –pactada con el lector imaginario- del ‘caos’. En este aspecto, André Cruchaga conoce como pocos los mecanismos de uno y otro signo.

He escogido un fragmento del poema que traduzco al catalán porque merece la pena desmenuzar el juego que el poeta se lleva con el lenguaje, digamos natural para entendernos, y el propio de la poesía. Y, a riesgo de ser prolijo, escrudriñaré las diversas ‘acciones de distracción’ -o simulación- del poeta:

De entrada -y a no insistir- la ausencia de puntuación o la puntuación errática, nada convencional, con lo que el lector une sintagmas y recodifica las diversas posibilidades de ‘lecturas’ que esta ausencia de nexos proporciona.

Ruptura de la economía de lenguaje plasmada en las frases hechas o en metáforas altamente lexicalizadas: a) ‘la cuadratura del círculo’ se substituye por la ‘cuadratura del espejo’. De paso, y convenientemente, la superficie del espejo tratada como superficie de la mar –hay toda una larga tradición que avala durante siglos esta metáfora pura, analogía o correspondencia. Y, desde esta lógica, rompemos la lectura sígnica racional: si aceptamos que el espejo ‘es’ mar, habremos de aceptar frente a su lisura, la realidad del oleaje; b) No hace falta sino retrotraernos a las fuentes del Romanticismo europeo para recordar dos metáforas altamente universalizadas en el uso coloquial de la lengua y, por tanto, descargadas de su electricidad poética: el beso de la Muerte y el abrazo de la Muerte. Pues bien, nuestro poeta, lejos de amilanarse por el uso de una metáfora A de B (incluyendo la alegoría o la personificación de la Muerte, con mayúsculas) la usa para remarcar eufónicamente la agonía del vivir: en efecto, además de marcar la lentitud a través del epíteto, descubrimos una musicalidad inherente y, si nos tomamos la molestia de recitar en voz alta, o hacemos una lectura pausada en nuestra consciencia descubriremos por qué. Se trata de la belleza del alejandrino: ‘este vestigio de lento beso de la muerte’…    

La llamada de la sorpresa: ‘los molinos de viento’ en su doble lectura, sígnica y simbólica chocan con la nieve. Y el término que enmarca es la temperatura. El poeta se espejea en el molino de viento como un centinela o mejor aún un muñeco de nieve. En todo caso, se me hace innecesario explicar cómo Cruchaga nos lleva por el sendero superador de bifurcaciones, cruces, encrucijadas y antinomias. Ese juego de rupturas se hace más complejo cuando el poeta trabaja a diversos niveles como un estajanovista del poema. Veamos este claro ejemplo: es de lógica ‘natural’ que el efecto continuado de la tos irrita la garganta y, cómo no, la campanilla uvular. Ya sólo nos queda aceptar la bóveda o campana del crepúsculo, tanto más si, casi religiosamente, aceptamos el tañir de las campanas al atardecer, señalando la hora del retiro. Pero aún hay más, por no perderme por otros vericuetos, Juan Ramón Jiménez habla de la campana del tercer mar en donde reside el espejo de la conciencia. Y late.  

Sin duda alguna, André Cruchaga acepta toda clase de materiales con la única condición de la extremada calidad. Así los cruchaguianos descubrimos la riqueza de la veta clasicista en simbiosis con la huella vanguardista --singularmente surrealismo- o los poetas de la postmodernidad. Así tomamos, por ejemplo de paradigma Mar y cielo, Juan Ramón, dualidad e identidad. Cielo y Tierra (‘cielo sin raíces’); Cielo y Mar (cielo con peces al borde sin delirio). Y juguemos, pues, a la sugestión del propio yo: ‘sin raíces, sin delirio’… Y otra vez la cosignificación de esa otra lógica trasracional expresada en la musicalidad intensa del alejandrino. Sí, de nuevo: ‘el caballo de la soledad en el canasto/ del precipicio’ Un alejandrino que recibe el  trasluz de un pentasílabo que determina y posibilita toda una serie de combinaciones para el lector que se arriesga a ir ‘traduciendo’ el ensamblado de metáforas: ‘caballo de la soledad’; ‘canasto del precipicio’…

sin una sola hipótesis al oleaje duplicado de la cuadratura del espejo mañana de nuevo los molinos de viento la temperatura como un centinela en la nieve o la campana en la tos del crepúsculo o el cielo sin raíces al borde peces sin delirios o el caballo de la soledad en el canasto del precipicio o esta debilidad de voz avergonzada o este vestigio de lento beso de la muerte



EVASIÓ



En realitat el misteri esdevé una palabra buida en el cos del vent infame inútil quan només veig des de dins la ferida amb rovell les mans obertes sense espigues l’ombra que fan els camins quan em capbusse en la ploma al voltant del reremón del midó que eixuga l’alé vull escapar sense dissoldre’m consciència fosca sense esquerdes llargs focs de pell rubriquen la meua llengua trossos d’iceberg els somnis durant la nit oberta i refos en el plany dels dies darrers sense cap llanterna que faça possible el trànsit caminar una i altra volta a través del desert sense mar sense llum sense vaixells només aquesta veritat en el cossí de les meues mans —diràs entre els límits de l’evasió els algoritmes fumats del silenci l’equació impròpia de la flaçada en l’estranya disfressa de l’ensopegada conduesc les meues ninetes al límit de l’eco segurament els balcons de matinada són l’entrada a una altra catacumba un altre terraplé on els esquirols olisquegen entre les fulles a deshora de la carn destilada un i altre camina per llocs d’erms aquosos un i altre en dic: les parpelles com dos pneumàtics amb anèmia, les meues que mai no recobren la seua coloració l’elasticitat dels braços al voltant de l’abraç aquell constant nus d’ombres sense una sola hipòtesi a l’onada duplicada de la quadratura de l’espill demà de nou els molins de vent la temperatura com una sentinella en la neu o la campana en la tos del crepuscle o el cel sense arrels a la vorera peixos sense deliris o el cavall de la soledat en el cistell del precipici o aquesta debilitat de veu avergonyida o aquest vestigi de lenta besada de la mort en els dies darrers el fullatge submergit de les meues pròpies cabòries la medul·la espinal en l’extensió dels cementeris pols seré en aquesta prolongació de la cendra els dies són inexactes quan es prolonga la mudesa de les aigües quan en les pàgines del desensonyament la tinta confiada mastega de l’èter dels paraigües

Baratària, 24.IX.2012





EVASIÓN



En realidad el misterio resulta una palabra hueca en el cuerpo del viento infame inútil cuando sólo veo desde dentro la herida con herrumbre las manos abiertas sin espigas la sombra que hacen los caminos cuando me zambullo en la pluma alrededor del trasmundo del almidón que enjuga el aliento quiero escapar sin disolverme conciencia oscura sin rendijas largos fuegos de piel rubrican mi lengua trozos de iceberg los sueños durante la noche abierta y refundida en el sollozo de los días postreros sin ninguna linterna que haga posible el tránsito caminar una y otra vez a través del desierto sin mar sin luz sin barcos solo esta verdad en el cuenco de mis manos —dirás entre los límites de la evasión los algoritmos ahumados del silencio la ecuación impropia de la cobija en el extraño disfraz del tropezón conduzco mis pupilas al límite del eco seguramente los balcones de madrugada son la entrada a otra catacumba a otro terraplén donde las ardillas husmean entre las hojas a deshora de la carne destilada uno y otro camina por lugares de acuosos páramos uno y otro digo: los párpados como dos neumáticos con anemia, los míos que nunca recobran su coloración la elasticidad de los brazos alrededor del abrazo aquel constante nudo de sombras sin una sola hipótesis al oleaje duplicado de la cuadratura del espejo mañana de nuevo los molinos de viento la temperatura como un centinela en la nieve o la campana en la tos del crepúsculo o el cielo sin raíces al borde peces sin delirios o el caballo de la soledad en el canasto del precipicio o esta debilidad de voz avergonzada o este vestigio de lento beso de la muerte en los días postreros el follaje sumergido de mis propias cavilaciones la médula espinal en la extensión de los cementerios polvo seré en esta prolongación de la ceniza los días son inexactos cuando se prolonga la mudez de las aguas cuando en las páginas del desvelo la tinta confiada mastica del éter de los paraguas

Barataria, 24.IX.2012